Por José Toro Hardy.
@josetorohardy
Política y Opinión.
El 1 de enero de 1976 la industria petrolera venezolana amaneció nacionalizada. Pasamos a ser dueños absolutos del petróleo de nuestro subsuelo, de nuestras refinerías (ya obsoletas), oleoductos, pozos, edificios, instalaciones y activos en general.
La duración teórica de nuestras reservas de petróleo -reservas probadas entre producción diaria) era de unos 19 años. PDVSA nacía con un futuro limitado. Adicionalmente, teníamos un problema que lucía insuperable: no teníamos como comercializar la crudos pesados y ácidos que constituían el 75% de nuestras reservas probadas. Para poder colocarlo no teníamos ninguna otra alternativa que hacerlo a través de las empresas que habíamos nacionalizado. Sigue leyendo